
¿Cuáles son los cambios hormonales en la menopausia?
La expectativa de vida ha aumentado de forma significativa en las últimas décadas, siendo actualmente 85 años para las mujeres, lo que significa que pasan más de un tercio de su ciclo vital en un período de menopausia ( alrededor de los 50 años ) y postmenopausia ( a partir de los 60 años). Este período no se experimenta de la misma manera para todas las mujeres, ya que influyen en ella variables de tipo psicológico, biológico y sociocultural.
La menopausia es una etapa natural de la vida que lleva asociada una serie de cambios a nivel de diferentes sistemas: hormonal, cardiovascular, metabólico, osteomuscular, neurológico y genitourinario.
Estos son los cambios hormonales y síntomas de menopausia clave:
- Disminución de estrógenos: La característica más destacada de la menopausia es la disminución de los niveles de estrógenos, que son hormonas clave en la regulación del ciclo menstrual y el mantenimiento de la salud reproductiva. Esta disminución de estrógenos conduce a la cesación de la menstruación (amenorrea).
- Alteraciones en la regulación hormonal: El sistema endocrino experimenta cambios en la producción y regulación hormonal. El hipotálamo y la hipófisis, que controlan la liberación de hormonas, se ven afectados.
- Ovarios inactivos: Los ovarios dejan de liberar óvulos de manera regular y disminuyen su producción hormonal, lo que afecta la función reproductiva.
- Cambios en la progesterona: Los niveles de progesterona también disminuyen, lo que puede llevar a desequilibrios hormonales.
Desde nuestro equipo y con la ayuda de diferentes procedimientos diagnósticos (laboratorio, radiología, densitometría ósea), intentamos identificar a las mujeres de mayor riesgo, lo que nos permitirá realizar las intervenciones necesarias para mejorar la calidad de vida .
Sofocos en la menopausia y cómo aliviarlos.
Los sofocos son un síntoma común de la menopausia que se manifiesta como una sensación súbita de calor intenso en el cuerpo, acompañada a veces de sudoración y enrojecimiento de la piel. Para aliviar los sofocos en la menopausia, se pueden considerar las siguientes estrategias:
- Cambios en el estilo de vida: Adoptar un estilo de vida saludable puede marcar la diferencia: Evitar desencadenantes conocidos, como alimentos picantes, alcohol, cafeína y estrés. Vestirse en capas para facilitar la regulación de la temperatura corporal. Practicar técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, para manejar el estrés. Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente.
- Medicamentos no hormonales: Algunos medicamentos, como los antidepresivos y antiepilépticos, pueden ayudar a reducir los sofocos en algunas mujeres. Consulte a un profesional de la salud para evaluar si estos medicamentos son adecuados.
Para recibir el tratamiento más adecuado a tu situación, consulta con nuestros profesionales especializados en la menopausia.
Los síntomas de la menopausia precoz.
La menopausia precoz, también conocida como menopausia prematura, se refiere a la finalización de la función ovárica antes de los 40 años, lo que resulta en síntomas similares a los de la menopausia tradicional, pero a una edad más temprana. Los síntomas de menopausia precoz pueden incluir:
1. Sofocos:
sensaciones súbitas de calor intenso en el cuerpo, acompañadas de sudoración y enrojecimiento de la piel
2. Trastornos del sueño:
dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo, lo que puede provocar fatiga y cambios en el estado de ánimo.
irregularidades en el ciclo menstrual, que pueden volverse más cortos o más largos antes de que la menstruación finalice por completo.
4. Sequedad vaginal:
pérdida de lubricación vaginal, lo que puede causar molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
5. Cambios de ánimo:
cambios emocionales, como irritabilidad, ansiedad o depresión, que a menudo se asocian con la fluctuación hormonal.
6. Problemas cognitivos
algunas mujeres pueden experimentar dificultades cognitivas, como dificultad para concentrarse o pérdida de memoria.
7. Problemas en los huesos:
la disminución de los niveles de estrógeno puede aumentar el riesgo de pérdida de densidad ósea y osteoporosis.
Si te identificas con estos síntomas a una edad temprana, es fundamental buscar la orientación de uno de nuestros profesionales.