La incontinencia urinaria consiste en una pérdida involuntaria de orina. Puede producirse asociada a esfuerzos físicos ó por actividades comunes de la vida diaria (toser, estornudar, reir, realizar ejercicio, estar de pie, levantar objetos pesados, etc) mientras que en otras ocasiones se manifiesta como una necesidad imperiosa y urgente de orinar provocando pérdidas de orina de intensidad variable.
Es especialmente frecuente en mujeres durante el embarazo, menopausia y tras el parto. También en personas que padecen obesidad, tos crónica, estreñimiento ó sometidas a determinados tipos de cirugía. Deportes de impacto y de salto pueden agravarla o producirla.Todas estas situaciones producen debilidad en la musculatura del suelo pélvico.
Si bien ocurre con mayor frecuencia a medida que las personas envejecen, la incontinencia urinaria no es una consecuencia inevitable del envejecimiento e influye en la actividad cotidiana de la mujer, alterando su calidad de vida porque supone un fuerte impacto social e higiénico que obliga a adoptar determinadas estrategias como el uso de compresas, evitar la realización de ejercicio físico e incluso el aislamiento social.
Siempre que presente una incontinencia.
Es posible que le resulte incómodo hablar sobre ella con el médico, pero si la incontinencia es frecuente o está afectando su calidad de vida, es importante buscar asesoramiento médico, pues la incontinencia podría:
El especialista realizará una exploración pormenorizada, solicitará las pruebas complementarias necesarias para asesorarte de manera individual e indicará el tratamiento y la actitud a seguir más conveniente en cada caso.
La incontinencia urinaria no siempre puede prevenirse. No obstante, para disminuir el riesgo, puede resultarle útil:
En nuestro equipo contamos con especialistas que pueden ayudarle a resolver su problema de incontinencia previa valoración de su caso.Podemos ofrecerles distintos tratamientos para la incontinencia en función de su tipo.